Recíproco. Como la sonrisa que responde a una melodía impregnada de imágenes. Como dos dedos que se conocen como si fuera la primera vez. Como las señales no emitidas pero sabidas por el otro. Como dos cuerpos balanceándose al compás. Como posos que te he dejado tras coger pequeños detalles de ti. Como mis ojos reflejados en los tuyos.
Las letras que salen con más rapidez que lo interno, desvelan la respuesta que va más allá de todos los muros construidos a final de la infancia, y un lapsus revelador te mira directamente, y con tanta pasión que no puedes evitar enrojecer.
Y necesitas más, mas espejos qe reflejen tu estado, unas imágenes idénticas que te remuevan por dentro, seguir viendo con curiosidad como es tu forma de ser en otra persona, tu propia mano disfrazada de otra que le da la vuelta a tu mundo. Más. Más momentos. Más miradas confesoras. Más palabras. Más gestos simples que se graban en la piel. Un intercambio completo del yo con el tú.
Y elaboras nuevas perspectivas, en las que se han colado ingredientes de miedo, confusión y asombro, que producen en ti una abstinencia que te lleva a buscar con deseperación la mayor reciprocidad que hayas experimentado nunca.
Rockanrolla
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